Casa Lys

10.00 

Palabras para Aníbal
La edición en portugués del poema «Casa Lys» de Aníbal Núñez, en una versión de nuestro amigo Carlos d’Abreu, ilumina una trama de la memoria individual y, a la vez, expresa un agradecimiento. Aníbal nos posibilitó el descubrimiento de otra ciudad enraizada en superficies de fractura y en sutiles comuniones emocionales. Su poesía descodificó la porosidad epidérmica urbana con sus arrugas y heridas, con sus materialidades taxonómicas y esenciales. Afloró la ciudad como una continuidad de planes contrastantes y contrastados donde el monumento convivía con la ruina y donde lo “dorado” era al final, y tantas veces, una circunstancia que anunciaba la ceniza, la ceniza en continuos paraísos cerrados. Rememorar esas ocultas estratigrafías de la ciudad no constituye un ejercicio de nostalgia. Pero la Salamanca de los años ochenta se ha metamorfoseado y nosotros con ella. Una parte se encapsuló, quizá en lo íntimo de cada uno en topónimos y sentires de atenuadas memorias. «Casa Lys» fue para nosotros uno de los primeros tratados de interrogación sobre una ciudad deshecha, un cadavre exquis de tiempos, de fachadas de vientre abierto, de fragmentos en equilibrio, de baldíos desolados plantados de ladrillos, de adobes, de huesos, de restos de hogueras, de pisadas grabadas en el polvo que la madrugada velaba con la niebla venida del río. En Salamanca vivimos delante de la ruina de la «Casa de la Moneda» y comprendí que las piedras revelan la brevedad del tiempo y un destino de voluntades. «Casa Lys» traduce esas dualidades. El poema revela una “ciudad-casa” desintegrada, ambigua y decadente, descodificando las concavidades y convexidades que materializan un centro personal del espacio vivido por el poeta en el amplio palimpsesto urbano. Exorcista del presente, voz y pluma incómoda, recorría las tristezas y los sueños surcando las líneas que tejen los inventarios de lo cotidiano. Este poema fue como una isla doliente, visionaria, particular en su mapa mental y objetual de la biblioteca de las palabras y de los misterios sondeados.
Como Baudelaire, era un flâneur, un paseante sin destino hasta un determinado límite. Destino que acababa en el muro de la vieja casa. Aníbal transpuso las entradas subterráneas y descubrió el maravilloso, “lo maravilloso [que] nos envuelve y nos empapa como la atmósfera”, pero que no vemos. «Casa Lys» es un organismo en reconciliación entre la vida y su finitud, “un conjunto que es múltiple sin desorden”, como escribió Borges.
La memoria a veces crea la ilusión de una herencia.
Faltaba decirte gracias.

P. M. S.
Sa-la-man-ca, otoño 2017

REF: Po8 Categoria: Etiquetas: ,
Dimensões (C x L x A) 180 × 3 × 200 mm
Dimensões (C x L x A) 180 × 3 × 200 mm
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